Tepexi de Rodríguez será sede del Festival internacional de narración oral Cuentalee

Por : Paula Carrizosa
2012-07-26 04:00:00
Ofogo, oriundo de Camerún, coincidió en que los
narradores van en contracorriente y a la vez
forman parte de una revolución, de un movimiento
de resistencia cultural que busca recuperar la
condición humana a través de la palabra
  • La imaginación, la comunicación y la palabra, elementos del festival Cuentalee
Por quinto año, del 31 de julio al 5 de agosto, la ciudad de Puebla y municipios como San Andrés y San Pedro Cholula, Zacatlán, Tepeaca, San Martín Texmelucan, Tepexi de Rodríguez y Atlixco serán la sede del Festival internacional de narración oral Cuentalee, en el que participarán cinco cuentacuentos mexicanos y siete extranjeros, incluido el camerunés Boniface Ofogo.

“Me preguntan qué tiene de nuevo el festival. Yo les respondo que el acto de narrar es en sí mismo la novedad; en que lo diferente que hacemos reside en que preservamos lo que se está perdiendo: la palabra”, expresó su director Armando Trejo, al presentar Cuentalee.

Añadió que como sucede en México desde hace 23 años, la versión en Puebla del festival Cuentalee hace algo que parece no ser tan vistoso: “llamar a la oralidad, al imaginario, a las capacidades comunicativas, a la palabra oral, a los fabuladores, cuenteros y juglares contemporáneos”.

Trejo señaló que la oralidad está comprendida dentro de una jerarquía y un oficio menor que lucha por su vigencia dentro de una sociedad calificada por los antropólogos como “de oralidad secundaria” y superada por la fuerza de la imagen, en la que no interesa lo que se dice o está escrito.

Consideró que la labor del festival es un trabajo contracorriente, de rigor estético e intelectual, que va por la palabra y lo que ella dice a través de la co creación de los textos y la historia oral, y apelando a la visualización y la comprensión del espectador.

“El arte de contar no es un divertimiento, no es una forma de entretener ni animar. Aquellos que lo hacen así debilitan el proceso y hacen que la palabra pierda su credibilidad, y que la gente pierda su confianza en la palabra y en las fuentes”, acotó el narrador oriundo de Zacatlán.

Afirmó que el ir en contracorriente implica que el festival y sus integrantes sean rigurosos, ya que no se podría sostener el proyecto sin la disciplina y la confianza del espectador.

En su oportunidad, Boniface Ofogo platicó que narrar una historia es un asunto de oficio y convicción. “Fui el hijo predilecto de mi padre, quien hasta mis 16 años me llevó con él a sus reuniones con los ancianos en las que yo me aburría sin saber que era mi iniciación al que sería mi futuro oficio”, relató.

Añadió que a pesar de que comenzó a leer hasta los ocho años, aprendió a leer de otra forma desde temprana edad: “leí de otra manera, escuchando a los abuelos, con sus historias. Conmigo traigo el espíritu de África y su tradición oral reforzada por 234 lenguas censadas que fueron transmitidas por la palabra, y han subsistido al tiempo y al genocidio”.

Para él, una lengua es mucho más que un vehículo de comunicación, pues más bien es el reflejo de una visión del mundo, que muchas veces no tiene gramática ni una academia que las soporte, sino que su única forma de sobrevivencia es a través de la palabra oral.

Por ello, Ofogo, oriundo de Camerún, coincidió en que los narradores van en contracorriente y a la vez forman parte de una revolución, de un movimiento de resistencia cultural que busca recuperar la condición humana a través de la palabra.

Las actividades del Festival internacional de narración oral Cuentalee, apoyado desde su inicio por el gobierno estatal, comenzarán el próximo martes 31 de julio a las 10 horas en la sala Luis Cabrera de Casa de Cultura. Localmente habrá lecturas en el Hospital del niño poblano y los museos del Alfeñique, la Revolución e Imagina. En los municipios se presentarán en Atlixco, Tecali de Herrera, Cuauhtlancingo, San Pedro y San Andrés Cholula, Chalchicomula de Sesma, Tehuacán, Tepeaca, Tepexi de Rodríguez, San Martín Texmelucan y Molcaxac.